Nos adentramos en el madrileño barrio de Chamartín para morir de amor con una casa llena de libros, diseñada por el estudio Egue&Seta.
Se trata de una vivienda unifamiliar que bebe de la arquitectura de los años 50, pero con los magistrales tintes modernos que le ha aportado la rehabilitación realizada.
En cuanto a la esencia interiorista, ésta es fiel a sus propietarios: una pareja con niños que bebe los vientos por la lectura y el cine. Y así es como Egue&Seta ha decidido llenar todos los rincones de su hogar con historias jamás contadas, a través de elegantes y amplias estanterías en el salón y la sala de juegos. Dos estancias delicadamente decoradas con toques Mid Century y la cultura por bandera, que sin duda, llevan a pasar grandes ratos de ocio con gran sensación de confort y acogimiento.
Destacar de esta vivienda sus techos altos, heredados de la construcción original datada en los años 50, como también la profunda iluminación natural. Cada estancia tiene su toque personal, y cada rincón está decorado para vivir entre batallas, perdices y finales felices.
Autenticidad, creatividad y pasión lectora bañan el salón, un exquisito y moderno espacio en el que destacan las estanterías, los diseños geométricos en alfombras y piezas de arte, y mobiliario Mid Century en el sillón, la mesa, restaurada del siglo XIX, y las sillas de madera, al estilo de nuestra silla Manila. Cojines british y cozy plaids presiden los lugares de descanso, y no es difícil prestar atención a la milimétrica decoración de los rincones orientados a la lectura, con consolas, mesas auxiliares y lámparas de mesa.
En cuanto a los baños, éstos evocan una mayor obsesión por lo contemporáneo, por medio de la introducción de equipamiento compacto y minimal. Uno de ellos se configura en torno a la sofisticación de la madera combinada con revestimientos en microcemento, mientras que los otros son más sobrios, claros y luminosos, como el de diseño inspiración retro, paredes de azulejo hexagonal y equipamiento estilo victoriano. La cocina, por su parte, es esencialmente práctica y en tonos white, que combinados con la madera del mobiliario convierten al espacio en un lugar muy cálido para el uso cotidiano. En este espacio, además, vemos vestigios de entusiasmo cinéfilo y no es de otra forma que a través de pósters y carteles de antiguos éxitos de taquilla de todos los tiempos.
Pasamos a los dormitorios para respirar luz, luz y más luz. Porque no es posible la lectura confortable sin iluminación a raudales. Y así es como todo se basa en decoración minimalista, blanco predominante y pavimentos de madera. La madera es, asimismo, el material que conforma la original litera de los niños, como un castillo esperando a ser conquistado.
Por último, destacar la sala de juegos, una habitación con altillo en el que los libros vuelven a ocupar la práctica totalidad del espacio. Y si te apetece leer, qué mejor que hacerlo en su singular hamaca colgada, disfrutando del propio hogar como principal protagonista de la historia.
Fuente imágenes: Egue&Seta
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